(Módulo: Enseñar y aprender con tecnologías)
Hace ya 20 años que trabajo en informática en diversos niveles y escuelas y he transitado por diversos paradigmas de la inserción de la informática en la escuela. Considero importante señalar que la alfabetización computacional debe quedar ubicada en el marco del área disciplinar propiamente dicha, es decir, en aquellas asignaturas, particularmente en niveles medios o superiores que por su orientación necesiten trabajar como contenidos, el aprendizaje “sobre las computadoras”. Nuestro objetivo que es la relación entre Enseñanza, Aprendizaje y Tecnologías no se encuentra en este tipo de propuesta, sino que debemos analizar qué sucede en los alumnos al aprender “con las computadoras”. Tal como señala Marchesi el aprendizaje con el uso de las computadoras ofrece como ventajas: la posibilidad de crear contextos de aprendizaje los cuales favorecen los trabajos colaborativos y cooperativos, la interactividad, la modelización, la transferencia de los aprendizajes a otros contextos, la comunicación con otras personas y comunidades. Será en actividades con el uso de la tecnología y con la tecnología, tal como señalan Salomón, Perkins y Globerson, donde podrán obtenerse efectos positivos en el desarrollo de las habilidades cognitivas de los estudiantes. Será importante entonces, que el docente pueda seleccionar adecuadamente los recursos que utilizará conociendo en profundidad sus características y evaluando la pertinencia del recurso en función del objetivo del aprendizaje y no centrándose en el uso del medio como un fin en sí mismo sino como un mediador en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto requiere del desarrollo de una planificación flexible que permita anticipar una secuencia didáctica y una serie de actividades, con las que pueda diseñar y tomar decisiones sobre el proceso de aprendizaje de los alumnos. En ella será necesario preguntarse: ¿qué enseñar? y a través de este cuestionamiento seleccionar, jerarquizar y secuenciar los contenidos, teniendo en cuenta las características de los alumnos y sus saberes previos, ¿para qué enseñar? para definir el objetivo, ¿cómo enseñar? definiendo el método, la secuencia y las actividades, ¿qué recursos y materiales utilizar? decidiendo sobre las producciones a realizar, los materiales a utilizar, la presentación y la comunicación de los mismos, y por último ¿cómo evaluar? aspecto en el que se decidirá sobre los criterios que se tendrán en cuenta para la evaluación del alumno teniendo en cuenta sus producciones, su compromiso y participación como también el desarrollo de su proceso.
Hace ya 20 años que trabajo en informática en diversos niveles y escuelas y he transitado por diversos paradigmas de la inserción de la informática en la escuela. Considero importante señalar que la alfabetización computacional debe quedar ubicada en el marco del área disciplinar propiamente dicha, es decir, en aquellas asignaturas, particularmente en niveles medios o superiores que por su orientación necesiten trabajar como contenidos, el aprendizaje “sobre las computadoras”. Nuestro objetivo que es la relación entre Enseñanza, Aprendizaje y Tecnologías no se encuentra en este tipo de propuesta, sino que debemos analizar qué sucede en los alumnos al aprender “con las computadoras”. Tal como señala Marchesi el aprendizaje con el uso de las computadoras ofrece como ventajas: la posibilidad de crear contextos de aprendizaje los cuales favorecen los trabajos colaborativos y cooperativos, la interactividad, la modelización, la transferencia de los aprendizajes a otros contextos, la comunicación con otras personas y comunidades. Será en actividades con el uso de la tecnología y con la tecnología, tal como señalan Salomón, Perkins y Globerson, donde podrán obtenerse efectos positivos en el desarrollo de las habilidades cognitivas de los estudiantes. Será importante entonces, que el docente pueda seleccionar adecuadamente los recursos que utilizará conociendo en profundidad sus características y evaluando la pertinencia del recurso en función del objetivo del aprendizaje y no centrándose en el uso del medio como un fin en sí mismo sino como un mediador en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto requiere del desarrollo de una planificación flexible que permita anticipar una secuencia didáctica y una serie de actividades, con las que pueda diseñar y tomar decisiones sobre el proceso de aprendizaje de los alumnos. En ella será necesario preguntarse: ¿qué enseñar? y a través de este cuestionamiento seleccionar, jerarquizar y secuenciar los contenidos, teniendo en cuenta las características de los alumnos y sus saberes previos, ¿para qué enseñar? para definir el objetivo, ¿cómo enseñar? definiendo el método, la secuencia y las actividades, ¿qué recursos y materiales utilizar? decidiendo sobre las producciones a realizar, los materiales a utilizar, la presentación y la comunicación de los mismos, y por último ¿cómo evaluar? aspecto en el que se decidirá sobre los criterios que se tendrán en cuenta para la evaluación del alumno teniendo en cuenta sus producciones, su compromiso y participación como también el desarrollo de su proceso.